En mi mano sostengo
una copa llena de amor.
Estoy donde se juntan los ríos,
entre la tierra y el agua.
Bebo pequeños tragos
y te espero rodeada
de primaverales fragancias
y aves que cantan.
Te espero encendiendo
la madera de sándalo
para que Dios escuche
mi plegaria.
Miro la luna del cielo,
miro la luna del agua.
Se oyen flautas,
violines y arpas.
Voces del jardín gritan
que te espere,
otras dicen que me vaya
y mi corazón ilusionado
voltea sus campanas,
no atiende a razones
y de amor se embriaga.
Sólo Dios sabe
cómo te quiere mi alma.
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