¿Acaso crees que yo espero algo?
¡Qué inocencia la tuya!
¿Me preguntas si yo esperaba
que tú fueras inocente?
Es para reírse si tú te lo crees.
Yo no espero nada,
ni tu bondad, ni tu inocencia,
y no me importa
que quieras conquistarme
y convertirme en tu trofeo de caza.
Sé que es sólo un juego,
un divertimento.
Podría mostrarme tan ingenua,
como una adolescente,
y creer en cada palabra,
en cada promesa;
soñar con esos besos
y ese aliento caliente
en mi oreja
mientras un susurro
lo transformas en poema.
Pero no, tú serás el ingenuo,
tú, quien se lo crea.
Yo sonreiré coqueta
y, por un momento,
serás mi inspiración
sólo durante un fragmento
de una eternidad robada al tiempo.
Quizá yo sea la niña mala,
de conducta refinada,
aferrada al juego.
¿Qué dices? ¿Que yo espero?
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