Jabailla,
a las afueras de Gaza,
nidos de adobe y hojalata.
Se expande el olor
a pan recién hecho.
Se hace recuento
del número de muertos.
Miradas ausentes,
vacías, cansadas…
bostezos de los niños
que juegan a soldados
en medio de la guerra.
El índigo cielo
palpita con el corazón
de las estrellas.
La extrema miseria
contrasta con tu hermosura
dibujada entre las sombras
y la luz azulada
que tiñe las ramas de olivo,
con la luna de plata.
En duros lechos,
los hombres descansan
durante la tregua.
Humea la tetera.
Tú me cubres con tus velos,
y acaricias con tus manos
mi piel descuartizada.
Copyright © Irel Faustina Bermejo.
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