En los pliegues cosidos
a tu pliel blanca de sueños,
me perdí en su trayecto
fruto vetado del amor;
hoy no encuentro el retorno,
aturdida por un tacto suave,
limpio y entregado:
por vivir tanta pasión.
(c) Mariângeles Ibernôn
Gracias, Mariángeles, por tu bondad y por tu entrega,
por esa luz que transmites y que irradia tanto como el sol, por esa solidaridad con los que sufren, por ese entusiasmo que despliegas como un huracán que no puede pasar desapercibido.
Gracias por cada verso que nos entregas.
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